La Ley General de Educación —115/94— hizo posible dos cosas importantes para el desarrollo de la innovación educativa: uno, la autonomía institucional y, dos, el manejo flexible del currículo. La norma estableció que la escuela podía manejar una relación entre saberes fundamentales y saberes optativos, en el marco de esta posibilidad el grupo de trabajo consideró que para una educación pertinente, con el sector rural, se podía hacer un buen balance entre estos dos campos del saber. Igualmente concluyó, que la mejor forma para hacer tejido curricular, y de articular la teoría con la praxis de la vida cotidiana era asumiendo la pedagogía por proyectos. En este contexto surge la idea del Proyecto Pedagógico Productivo que, me parece, es la gran innovación de este modelo educativo; aclarando que los proyectos pedagógicos productivos no eran nuevos en el país, siempre se habían presentado intentos de incorporar procesos productivos a las instituciones educativas, no obstante el aprovechamiento pedagógico, que es el que se propone en este caso, no se había dado de manera significativa